Se trata de la nueva EOS R6, una cámara con muchos argumentos para convencer a los usuarios de DSLR indecisos a dar el salto a un cuerpo sin espejo. Fue presentada junto a la EOS R5 (más sobre este modelo próximamente) y complementa la gama junto a las ya existentes EOS R y EOS RP.
Basada en el concepto EOS R de 2018, cuyas principales características ya fueron comentadas en su día en este blog, la EOS R6 ofrece suficientes novedades para ser considerada una cámara completamente nueva. Vamos a fijarnos por tanto en lo que la diferencia de la EOS R, una cámara de mayor resolución pero más veterana y por tanto susceptible de mejoras incrementales. La lista detallada de novedades es larga, pero nos fijaremos en los aspectos fundamentales.
Ergonomía y diseño
A primera vista, el cuerpo de la EOS R6 comparte el diseño general de la EOS R, pero ha ganado ligeramente en tamaño. Esto no es algo malo, ya que muchos usuarios de cámara réflex encuentran las sin espejo demasiado pequeñas e incómodas. El agarre, que ya era cómodo antes, ahora es incluso más ajustado y ergonómico. Como siempre en Canon, la más mínima curvatura está creada para una sensación de adherencia total que inspira confianza y seguridad.
En la parte superior y trasera, varios controles de la EOS R que no calaron entre muchos usuarios han mutado a algo más parecido a lo habitual en las DSLR clásicas como la 5D Mk IV. Adiós a la barra táctil y al pad multi-direccional, hola de nuevo al joystick y la rueda de gran tamaño. La pantalla LCD superior también desaparece para dejar sitio a un dial de modos tradicional, lo que a su vez convierte la segunda rueda intermedia en un dial normal, sin botón central. En general, la sensación es de un retorno a la familiaridad de las cámaras DSLR y en este aspecto queda claro que Canon ha escuchado las críticas al modelo anterior por ser un diseño excesivamente «aventurado» con los controles.
Nuevo sensor
El sensor de la EOS R estaba básicamente extraido de una 5D Mk IV, pero en la EOS R6 encontramos un sensor también derivado de una DSLR (en este caso la 1D Mk III), pero de diseño más reciente y por tanto tecnológicamente más avanzado.
De entrada conviene tener en cuenta que cuanta con una resolución considerablemente inferior (20 Megapíxeles) que ubica esta cámara de lleno en el segmento de híbridas con aspiraciones de video. Pero lo que pierde en resolución lo gana en rango dinámico y prestaciones con poca luz, siendo capaz de usar valores ISO más altos con menor cantidad de ruido, así como un nuevo modo HDR más potente y natural. Unido al nuevo procesador Digic X, el sensor de la EOS R6 ofrece un rendimiento muy superior en video que hará a muchos usuarios considerar si ya no es necesario el cambio a otras marcas con más rodaje en este segmento.
Además, la cámara cuenta con estabilización del sensor en el cuerpo de la cámara, según el esquema de cinco ejes ya habitual en otros fabricantes. Canon se ha tomado su tiempo en desarollar un sistema de este tipo para sus mirrorless full-frame, pero lo ha hecho con una efectividad remarcable ya que proclama un efecto equivalente a ocho pasos de obturación, un valor nunca visto hasta ahora.
Autofocus
A priori, la EOS R6 sólo ofrece ligeras mejoras sobre el sistema Dual Pixel AF ya presente en la EOS R, con un área de cobertura total en el sensor y una optimización general del software. Pero unido a la potencia del nuevo procesador, y sobre todo al usarla con lentes nativas de la montura RF, la sensación es de un enfoque espectacular, tanto en precisión como en rapidez.
Como ya dijimos en su día, la calidad del enfoque es una de la características que sin duda más decantarán la balanza a favor de las cámaras sin espejo: una vez que el hardware es capaz de ofrecer una velocidad de enfoque inmediata y mostrarla en un visor electrónico cada vez más «real», el hecho de enfocar con el sensor y no con la clásica pantalla de enfoque separada hace que el porcentaje de capturas ultra-nítidas aumente. Si además tenemos en cuenta la capacidad creciente para usar valores de ISO más altos y por tanto mayor velocidad de obturación, la efectividad del conjunto es impresionante.
Por último, la EOS R6 tiene la capacidad de disparar ráfagas de hasta 20fps manteniendo enfocado al sujeto en todo momento, algo que la situa muy por encima de las capacidades de las EOS R.
Video
Como hemos comentado, la elección de sensor ha tenido mucho que ver con un uso híbrido donde las prestaciones de video son muy importantes para un grupo cada vez mayor de usuarios. En este aspecto, la capacidad de grabar video 4K hasta 60p, con un recorte mínimo (1,07x), y además grabar internamente 4:2:2 a 10 bits internamente ya la situa varios niveles por encima de lo que la EOS R era capaz de ofrecer.
Se ha hablado mucho de los problemas de temperatura en uso intensivo grabando 4K, pero todavía está por ver el alcance real en situaciones normales de uso. El hecho de que una cámara híbrida se apague automáticamente por exceso de calor es algo que usuarios de varias marcas han vivido en algún momento, dependiendo de la temperatura exterior y del tiempo de grabación. Con el tiempo será posible tener una idea más aproximada sobre las limitaciones reales de la EOS R6, y si están dentro de lo normal como cabe esperar de un producto con la calidad de Canon.
Modelo de batería y doble ranura de tarjeta
Finalmente, un detalle que muchos usuarios encontraban irritante en la EOS R y que la EOS R6 ha corregido: la cámara cuenta con dos ranuras SD UHS-II. Y sí, sigue siendo válida la batería LP-E6N que tanto tiempo lleva haciendo funcionar nuestras 5Ds, 6Ds y 7Ds.
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En resumen, la Canon EOS R6 es una cámara muy potente que demuestra sin duda que, a pesar de haberse lanzado algo tarde a desarollar sus modelos mirrorless de formato completo, Canon se lo ha tomado muy en serio a la hora ponerse al día y luchar por el liderazgo de este segmento.
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